Una interpretación refinada

… El recital de guitarra de Miguel Trápaga fue el ejemplo ideal de como un intérprete sofisticado puede sacar el máximo partido de un repertorio. Fue una interpretación refinada, sin ego, y con una prioridad clara: transmitir el carácter de cada pieza.

Trápaga es uno de esos intérpretes que transporta al oyente dentro del mundo que está creando. Un mundo teñido de sutiles colores, en el que el la amplitud sonora de la guitarra es utilizada con convincente acierto, y en el que el desarrollo de los acontecimientos hace que todo parezca un nuevo descubrimiento.